Viernes por la noche.
Abierta a la idea de que todo va fluyendo. Excelente humor. Excelente estado.
Amigos. Cena con amigos. Accedo a que salgamos pero plan noche tranquila. De gira con amigos. Elogios a un estado que denota bienestar que mas bien es buena vibra (WAW!? ¿Cómo disfrutar de esto cuando los elogios más que disfrutarlos me sonrojan? ¿Será que la piropeada es tan solo que por alguna extraña razón para envidia de las siliconadas no dejan de crecerme?)
REMINDER TIPO Prescripción Médica en AMARILLO FLOURSCENTE: no debes ir a ese lugar, aunque quede a tres cuadras, aunque estés en grupo de amigos, aunque pasen buena música, aunque te divierta bailar, aunque es gratis, no debes ir a ese lugar arriesgar una vez más a verlo.
Llegamos a la puerta de ese lugar y lo primero que veo es que ahí esta; él otra vez y con otra. Lo ignoro, superada reparo en que estoy con amigos y con ganas de divertirme. Pecho en alto, cuello erguido avanti. No me importa nada. Entramos.
REMINDER TIPO Prescripción Médica en AMARILLO FLOURSCENTE Número 2: no debes tomar en cuenta lo que un chico te dice en este lugar, no es tu perfil conocer gente de esta manera, lo sabes terminas destrozada victima de tu ingenuidad. Divertirte con amigos es el objetivo, bailar, tomar, reír, pero traslada de un oído a otro lo que te digan.
Sonrío, sonríe. Bailo, baila. Me mira, lo ignoro.
Canción increíble, de esas que te hacen brillar en la pista (genial, la inversión en estudiar teatro logra desinhibirme!). Bailo y sigue sin importarme nada. Hasta que me frena un cuerpo alto, grande demasiado cercano al mío. Es él, ese que sonría y me miraba y sonreía; pensé que era idiota o que estaba borracho pero solo coqueteaba se fue acercando con el solo fin de que fracase también en mi segunda prescripción; lo ignore, lo bardee hasta que lo escuche, le creí y fui auténticamente yo en lo que hice y dije.
REMINDER TIPO Prescripción Médica en AMARILLO FLOURSCENTE Número 3: no debes darle tu celular, ni tu mail, ni tu teléfono a un chico en este lugar.
La conversación término por conquistarme y deje de bailar para seguir conversando con él, es mas me divertí. Fue una continuidad de juego improvisado y espontáneo que me fascino y tomo por sorpresa y obvio jugué: Adivinar que hacía de su vida el otro, sin pistas y solo confirmando lo acertado. Le saque la ficha en todo pero él no pego ni una de mí. Mi copa se quedo sin bebida y repleto de hielo y el juego tomo otros rumbos hielisticos. Pero todo quedo ahí en juego, divertido y en ser bestialmente yo. Riéndome y divirtiéndome con un desconocido que no paraba de piropearme sin segundas (pero obvias) intenciones sentí el sabor de una absurda moraleja barata que me caía iluminando mi sabio prejuicio.Al final en este lugar se podía dar con alguien que por lo menos valiese la pena conocer.